"Te amaré aunque tú no entiendas, te amaré aunque tú no lo veas, te amaré hasta que más no pueda, te amaré del norte al sur y desde el sol hasta la luna. Te amaré al amanecer y te amaré cuando mueras, te amaré con pasión y locura, venderé razón y cordura. Te amaré de alma y corazón, de la tierra y el mar hasta la inmensidad, de aquí a la eternidad, te amaré..."
Que bonito todo, cuando parece estar rodeado de algodón, tan dulce, tranquilo y cómodo. Cuando los problemas y las preocupaciones, los odios y resentimientos, los recuerdos de tiempos no tan buenos, se difuminan y acaban desapareciendo, dejando un vacío incluso tranquilizador donde antes solo había cabida para el dolor. Ese momento en el que sientes una paz, que nada está lejos de tu mano, no hay esfuerzo, tampoco agobio, todo se resume a instantes de sosiego. Ese instante, en el que tú, estás soñando.Porque no es malo imaginar, trasladarse a otro lugar donde la vida es mejor, siempre y cuando se es consciente de que lo real seguirá estando presente y que, quizás, si pasas todo el tiempo fantaseando, en el segundo reacciones y vuelvas, puede hacerte daño. Si deseas tanto tener una existencia como imaginas, ponle empeño, arriesgate, persiguelo, esfuerzate, y un día posiblemente lo hayas conseguido.
Lo que si tendrás y nunca vas a perder, vayas donde vayas, sea quien sea, es el amor. Hay muchos tipos de amor, y eso es lo que realmente importa, es lo que te da fuerza en la mayoría de cosas, lo que a muchos les hace seguir adelante. Nunca deberíamos perderlo.
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